Unas semanas atrás Lluís, nuestro testeador de producto, realizó un pequeño viaje a Nueva York. Estuvimos de acuerdo en que el mejor trípode para un viaje de estas características es el Compact Light, de Manfrotto, ya que se trata de un viaje en el que se camina mucho y interesa llevar un equipo ligero… pero a la vez deseamos llevar un trípode para no dejar pasar esas espectaculares escenas nocturnas. La gama Compact de Manfrotto es la más económica y versátil que tiene la marca y el modelo Light es ideal para el fin que buscamos: se trata de un trípode sencillo, especialmente ligero (810 gr) y compacto (39,8 cm plegado) y una altura máxima más que respetable (1,31 m). En resumen: un trípode que no cuesta echar a la maleta. Después de realizar algunas pruebas en la gran manzana y en otros rincones, Lluís nos manda sus impresiones:
Un trípode estabiliza y garantiza una imagen nítida, sin movimientos ni sacudidas. Aunque todos sabemos que el peso puede ser un problema y muchas veces en las salidas decidimos prescindir del trípode, que luego echamos de menos. Estas últimas semanas he tenido la ocasión de conocer las virtudes del Compact Light en ese aspecto.
El primer ejemplo que os traigo es de una fotografía que realicé durante mi viaje a EE.UU. el pasado mes de octubre. Como veis, debido a la situación lumínica, sin el uso de un trípode sería imposible realizar dicha instantánea. Los que hayáis viajado a Nueva York sabréis que te pasas el día andando de un lado a otro y que, como quieres aprovechar al máximo las horas, madrugas y no vuelves al hotel hasta altas horas de la noche, lo que te obliga a ir con el trípode desde buena mañana. Con un trípode de la gama 190, 290 o 055 en un par de horas empiezas a notar el peso en tu espalda y al final decides no cogerlo perdiéndote grandes fotografías. Esto, con un COMPACT no pasa. Son trípodes ligeros y que además viene con funda para poder cargar con ellos con comodidad. Como ya habréis visto, soy un amante de la tecnología en color blanco y en este caso Manfrotto lanza dicho color dentro de la gama, sin olvidar claro está, los clásicos negros y rojos corporativos.
El segundo ejemplo que os traigo se dio durante una excursión por el bosque estos días de otoño. Aprovechando el fantástico lugar que descubrí andando un poquito, decido sacar el trípode y usarlo como base para largas exposiciones, y, además, como me encuentro en una situación de mucha luz, voy a aplicar también un filtro de densidad neutra (ND400) para obstaculizar el paso de luz al sensor y poder disparar a menor velocidad. Con esto voy a conseguir ése efecto tan deseado por todos nosotros, el efecto seda en el agua.
Como podéis ver, ¡el resultado es espectacular! Y no olvidéis que no sería posible sin un trípode.
Nos vemos en el próximo post donde os voy a hablar de los nuevos Sliders de Manfrotto, ¡un producto que va a dar mucho que hablar!
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