Como empresa distribuidora de muchas de las marcas más importantes del sector fotográfico y de vídeo, hemos recibido cientos de dudas y consultas en los últimos 25 años atendiendo a usuarios. Una cosa nos ha llamado la atención siempre: el desconocimiento que hay, incluso entre fotógrafos con mucha experiencia en estudio, sobre la iluminación artificial y sus verdaderas propiedades. Hoy hemos querido abordar el tema de la distancia en iluminación artificial, un parámetro de gran importancia y que a menudo no se tiene en cuenta como se debería.
Intensidad y distancia
¿En qué medida disminuye la intensidad de la luz cuando nos alejamos del foco? Muchos no se han hecho esa pregunta o asumen que a doble distancia, mitad de luz.
La realidad es que medimos la intensidad en la fórmula 1/cuadrado de la distancia. En otras palabras, a los dos metros pierdo un 75% de luz, pierdo un 88% a los 3 y un 93% a los cuatro. Cuando usamos un flash de 320W a 5 metros, sólo tenemos una potencia de 12,8W!
Esto nos indica que la distancia es mucho más relevante que la potencia. Debemos ser muy conscientes de esto a la hora de tomar nuestras decisiones en un esquema de iluminación.
Respecto a esto también es importante pensar que si queremos tener mucha libertad a la hora de jugar con el espacio, necesitaremos un flash tan potente como sea posible. Puedes consultar este antiguo artículo para más datos sobre todo lo que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir un flash.
Dureza y distancia
Elegir la dureza de la luz es una de las ventajas principales de la iluminación artificial y jugar con ella requiere un amplio conocimiento de todos los modificadores. Sabemos que, a mayor superficie, más suave será la luz y menos sombras tendrá nuestro sujeto.
Pero el sol tiene un diámetro de 1400 millones de km y en cambio su luz es mucho más dura que ningún flash. Sólo hay que observar la definición de las sombras que deja la luz del sol al atravesar un grid de los que usamos para nuestros focos. Por supuesto el sol está a una distancia abrumadora y eso lo convierte en un pequeño punto en el cielo.
Lo que queremos decir con esto es que el tamaño efectivo de una fuente de luz es relativo a la distancia y esto hace que en muchas ocasiones un modificador de tamaño mediano pueda ofrecer distintos tipos de resultado para composiciones sencillas, acercándolo para una luz más difusa y alejándolo para conseguir un efecto más dramático. El resto de modificadores se harán imprescindibles a medida que las composiciones se compliquen, por ejemplo al iluminar grandes espacios o escenas con varios sujetos.
Reflexionar sobre estos aspectos nos lleva a una conclusión. La distancia es un parámetro que no podemos dejar al azar cuando estamos realizando iluminación de estudio: debemos pensar bien en el efecto que queremos y cómo podemos hacer para conseguirlo, teniendo en cuenta el material del que disponemos.
No Comments